El otro día te pusiste a seguir a una chica. Yo que te conozco te digo que desde el pedestal de perseguidor juzgas fácilmente.
Era de noche y caminaba rápido, miedosa de la oscuridad y del ritmo desquiciado de tus pasos. Corría
Y te encontraste en una encrucijada de miradas oscuras. Perdiste tu pedestal en el agujero negro que se abrió en tu dimensión más intima. Buscaste referencias y donde estaba ella encontraste un espejo con una sombra poco dibujada que te insultaba.
Es como tu, y has encontrado en ella lo que no identificas en tí. Almenos ahora sabes que te mira con descaro desde lo alto de Santaló, juzgando con facilidad.
2 comentarios:
bienvenido che
no puedo decir nada más por ahora
m'agrada molt tot això, Marc.
Publicar un comentario